jueves, 28 de febrero de 2008

Lo que bien se aprende.

taichi

No, no se olvida lo que realmente nos costo, lo que nos hizo esforzarnos y concentrarnos y tratar una y otra vez hasta lograrlo. Por eso no se olvida la técnica perfecta para hacer el lazo del zapato, ni como curvar la lengua para silbar, ni ese incomprensible jueguito de pies y manos para arrancar el carro en una cuesta. Tratas y tratas hasta que algo hace clic en tu cabeza y tu cuerpo finalmente deja de resistirse.
Lo curioso es que, casi sin darte cuenta, ese esfuerzo primordial se convierte en un reflejo. Nadie piensa en las sincronías y mecánicas que implica dar un simple paso, sin embargo cuando los niños están aprendiendo caminar, ese primer paso los hace dejar de comer y hasta de hablar.
Hace un par de noches lo comprobé. Después de por lo menos 8 años de no hacer Taichi, regresé a clases y el resultado me sorprendió: mi cabeza no recuerda mayor cosa… ¡pero resulta que mi cuerpo si! Recuerda perfectamente la posición correcta, el balance adecuado o, como observó una amiga que también esta retomándolo, aquel movimiento en el que todavía estabas pegada. Todas esas cosas el cuerpo las sabe y las recuerda bien.
Volver a hacer Taichi ha sido una magnífica experiencia.

Ver aquí más información sobre Taichi.

No hay comentarios: