jueves, 22 de mayo de 2008

Menis y los dinos nocturnos


A mi me gustan los dinosaurios. En navidad: las primas, los tíos y los abuelos me regalaron tantos que ahora tengo una manada de 54 bichillos que viven debajo de mi cama.
Mi mamá y mi papá no se han dado cuenta, pero por la noche lo revuelcan todo. Tengo uno que usa sus garras en forma de gancho para escalar las cortinas y otro pequeñito, azul y de mal humor, que se escapa a la cocina porque le gusta el jugo de naranja. Los demás no salen del cuarto prefieren organizar carreras de carritos y dibujar en mis cuadernos de la escuela. Sobre todo les gusta zambullirse en la canasta de la ropa sucia o contar chistes sobre los animales de la selva.
De día duermen… y la verdad, es mejor que lo hagan. Una vez pasaron la tarde entera jugando con mis primas. Por culpa de esa visita, ahora tengo un braquiosauro que da besitos, tres tiranosaurios que bailan y cantan a coro las canciones de las “chicas populares”, un iguanodonte que sueña con vivir en el edifico de apartamentos de Barbie y un estegosaurio que se pone morado de la risa cada vez que me llama a gritos: “Menis”. Yo me pongo muy serio para que entienda que estoy enojado y le contesto: “Yo no me llamo Menis. Yo me llamo Eugenio y mis dinosaurios son nocturnos.”

Las ilustraciones son de Pablo Granados. Haga click aquí para ver más ilustraciones. El cuento es de la serie que estoy escribiendo para mis sobrinos.

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