miércoles, 29 de octubre de 2008

Iriria, la niña tierra.

Créditos dela foto aquí.

"La tierra era pura roca, piedra desnuda, carente de vida; entre tanto, Pikiru, el Gran Murciélago, se internó en el inframundo y allí se encontró con Iriria, la Niña Tierra, quien estaba dormida y sin nacer; no obstante, le hacía compañía la Gran Abuela. Pikiru voló hacia el exterior y, de sus deyecciones, las rocas comenzaron a cubrirse y rodearse de musgo, hierba, incluso árboles. Sibú, el Hacedor, estaba estupefacto ante los acontecimientos e inquirió directamente al Gran Murciélago sobre su medio de alimentación. Pese a sus primeras negativas, Pikiru al final confesó que había una niña, quien duerme bajo las rocas, a la cual le extrae sangre de sus dedos. Sibú ordenó la presencia inmediata de Iriria, la Niña Tierra. Nadie pudo con la tarea, ni el Gran Murciélago, ni el Dueño del Puercoespín, ni la Dueña del Tigre. No pudieron romper la roca y, con ello, traerla al mundo exterior. Aún Kerma, el Trueno, mediante grandes retumbos, no logró sacar a la Niña Tierra, quien pesaba demasiado. Sólo fue posible llevar a cabo la misión con el concurso de la Gran Abuela: tras un fortísimo estruendo, subió a la Niña Tierra en brazos y la colocó en el suelo. Sibú convocó a una fiesta de danza y de música. La Gran Abuela estaba presta para recibir a la Niña Iriria, con tan mala fortuna que, untada de manteca de cacao, resbaló y recibió un golpe mortal. La Gran Abuela lloró desconsoladamente y de sus lágrimas surgieron los tigres, las águilas, los ríos, los lagos, el cacao, la avispa, el mosquito y la hormiga negra. Entre tanto, los danzantes pasaban por encima del cuerpo inerte de Iriria, hasta convertirla en polvo, del cual surgió el maíz, la yuca, la palma y los árboles frutales."

Taxonomia mitica: una nueva forma de encarar los relatos.
Revista de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica
01-JAN-02
Chinchilla Sanchez, Kattia.



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