sábado, 12 de diciembre de 2009

Una Vaca en el Corredor


La Vaca se llama el pueblo del cantón de Corredores en el que se encuentra Coopevacaquita. La Vaca es el lugar donde ayer un corredor se convirtió en escenario con brazos gruesos y regazo grande entre los que doscientos-cincuenta-y-más niños y niñas de las escuelas de los kilómetros 27, 29, 31 y Caracol bailaron, cantaron, actuaron y jugaron.
Parece ser que por las noches los corredores de La Vaca tienen la magnífica cualidad de ensancharse y crecer a voluntad para albergar a quienes estén dispuestos a cooperar y olvidar incomodidades y prejuicios. El espacio se ve de repente invadido por tiendas de campaña, colchones inflables, globos, cajas sin desempacar, sillas apiladas, bolsas de regalos y piñatas a medio rellenar entre los que mujeres y hombres de distintas edades corretean y discuten por horas hasta que finalmente los vence el sueño. Entonces ocurre: los sueños de los adultos empiezan a cristalizarse y zumban como mosquitos mientras los niños cuentan historias dormidos.
Con los primeros rayos del sol todo vuelve a la aparente normalidad. El desorden de la noche anterior desaparece y los corredores vuelven a ser corredores. Nada parece extraño hasta que empiezan a producirse los pequeños milagros del día: un grupo de madres dispuestas a cocinar, un autobús escolar y un camión ganadero cargados de racimos de niños y niñas, los saludos que se propagan y replican. Con cada risa y cada aplauso y cada gesto de sorpresa el corredor de La Vaca, que cada vez es más regazo y menos escenario, va creciendo más y más.
Al final del día con el corredor se multiplicaron: panes, granizados, yuca, carne, arroz con pollo, refrescos, payasos, bailarines, cuentos, canciones, regalos, confites, juegos, premios, galletas, amigos y sobre todo niños y niñas felices.
A mi me llevaron al país de los corredores mis amigos de Musa. Solo anduve por ahí una noche y un hermoso día, pero bastaron para recordarme que con buena voluntad, amor, respeto y mucho trabajo; los niños, las niñas y las personas podemos crecer tanto como los corredores de La Vaca.


La foto es de Mario W., el álbum completo
y la reseñade la actividad la pueden ver aquí.
Si tienen suerte, tal vez puedan ver como
el corredor sigue creciendo.

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