miércoles, 11 de junio de 2008

Una cartera de mujer


Al fondo brilla algo así como el botín de un loco

por Ana Istarú



Cuando crecí me enteré de ello por dos cosas: dejaron de darme un confite al traernos la cuenta en el restaurante Los Anonos, y empecé a andar por el mundo esposada a una cartera de mujer.
Una cartera de mujer es una especie de pequeño animal de cuero que, a juzgar por su contenido, pareciera haberse tragado el mundo. Guarda en su tripa una extensa variedad de objetos personales y otra extensa variedad de objetos surrealistas.
De hecho, es la víctima preferida de muchos chistes masculinos. Los caballeros, las manos libres, una billetera escasa y un peine en el bolsillo trasero, transitan por el mundo "ligeros de equipaje". Y no pueden evitar sonreír cuando una cartera de mujer abre sus fauces y al fondo de su entraña brilla algo así como el botín de un loco. Que paso a detallar: pañuelos desechables, azúcar dietética, lapicero, lápiz de labios, lápiz de cejas, lápiz de ojos, otro lapicero por si el primero falla, pastillas para la calentura de los niños, para la gripe del marido, para no tener más niños, fotos de los niños que ya se tuvieron, foto del marido que todavía se tiene, recibos múltiples por pagar, dinero para pagar los recibos, tarjeta de débito porque el efectivo no alcanza, tarjeta de crédito porque la de débito ya no echa, hilos y aguja, anteojos de sol para no arrugarse el entrecejo, confites para el aliento, confites para los niños, confites para el dolor de garganta y los cigarrillos que lo causan, espejo, cédula, cepillo, celular, un diente de leche, la lista de las compras, la lista de materiales para artes plásticas, el bichito de peluche que se cansó de cargar la niña, las cartas del correo que se cansó de cargar el marido, la medicina para desparasitar al gato, la medicina que le encargó la suegra. Cuatro canicas, cuatro curitas, cuatro gacillas. Una foto de una isla griega del anuncio de una línea aérea de una revista de la sala de espera del dentista. Un calmante.
Quizás, pienso, algún día, cuando a los hombres les incumba como asunto propio el bienestar de los demás, los lazos afectivos, la fiebre de los niños, la vesícula de su madre, la salud reproductiva de la familia, cuando tengan la cortesía de preocuparse más por su apariencia, cuando no dependan de una mujer para que no les corten la luz, pesará menos una cartera.
En la isla griega de la foto, (podría ser, lo mismo da, isla Tortuga; amigos extranjeros me han dicho que es preciosa), una mujer sonríe a ojos cerrados bajo el mismo sol que bronceó a Palas Atenea y a Afrodita. Y no lleva cartera.

1 comentario:

González Luis dijo...

dicen que se puede encontrar de TODO en una cartera de mujer...MENOS la foto de la suegra!
Será cierto?