domingo, 27 de julio de 2008

Aceitunas y conchitas

La mirada suspicaz cuando nos encontramos frente al refrigerador era inevitable. Me permitió abrir la puerta, pero ahí termino la cortesía. Los dos íbamos tras lo mismo:

-Esas son mis aceitunas.

-No..... son las mías.

Les aclaro que mi hermano mayor y yo no tenemos 6, ni siquiera 12, tenemos muchos más años. Eso hacen las tías alcahuetas que sin importar la edad de los sobrinos (mi hermano y yo) nos siguen consintiendo como si efectivamente fuéramos un par de crios. Y es que lo que se hereda no se hurta y ella lo sabe. Los dos soñamos con las aceitunas negras peruanas, compartimos una o dos pero el resto son de consumo estrictamente personal.... jajajaja.

Gracias tía Maru.

La otra foto se coló por accidente. La encontré mientras buscaba una de aceitunas y me recordó las horas que pasamos de niños recogiendo conchitas para que los mayores nos prepararán las pastas mas exquisitas que recuerdo. Esa era legitima comida de campamento.



No hay comentarios: